Arañitas

Vivo como quien dice en medio del campo. Eso se puede traducir que estoy acostumbrada a toda clase de bichos, de insectos. En el trabajo, cuando alguien ve una mosca un poco más grande de lo normal pega un salto porque es un "bicharraco" y a mí se me escapa la risa. Me gustaría verles con los moscardones de casi dos centímetros que aparecen por aquí, con esos mosquitos que si estiramos las patas son capaces de rozar los diez centímetros o esas diminutas cucarachas que gastamos por aquí. Pero por mucho que esté acostumbrada a insectos gigantes, siempre tengo un punto débil: las arañas.

Soy aracnofóbica, pero un poco particular: si hay una araña en la pared y se queda quieta, no pasa nada. Si aparece una araña enana y salta encima mío, la soplo y listos. Si la araña se acerca lentamente, la soplo o aparto y no hay problema... ¿Entonces? El problema lo tengo cuando superan el centímetro y vienen corriendo hacia a mí.

No chillo, no corro, simplemente me echo para atrás, me aparto de su camino y lo más importante no la mato: porque si chafas a una araña, su alma se cabreará y generará millones de arañitas subirán a tu mano/pie y recorrerán tu brazo/pierna hasta cubrirte el cuerpo entero. Si le lanzo un trapo a una araña para que se marche, ese trapo no lo toco, ¿y si me ataca? No importa si está viva o muerta, yo ese trapo no lo toco. Cuando con sus patitas se acerca a mí a velocidad del rayo, yo me bloqueo y he de irme. Me hormiguea el cuerpo, me pongo nerviosa y no, no puedo. Soy consciente que no tiene sentido, soy fría y distante, pero cuando mueven esas patitas, no.. no puedo.

Cuando estoy navegando con el móvil, aparece una imagen de una araña, he de pasar la imagen tocando una parte de la pantalla donde no esté, no vaya a ser que me vaya a picar. Incluso la araña esa tan kawaii que tiene su propio canal de youtube, me mata cuando me aparece en la pantalla.

Mientras hoy estábamos cenando, ha aparecido una, corriendo, hacia a mí. Silla para atrás, coger plato y vaso y me he puesto a comer de pie. Tranquila, he matado la araña ya puedes volver, no señor, yo no vuelvo que ahora estará todo plagado de mini-arañas cabreadas por haberla matado. A partir de ese momento, la piel me hormigueaba, todo el rato con la sensación que se me subía algo por la pierna hasta que he acabado huyendo de la cocina.

Y la gente tomándome por loca, es que no lo entienden, pero las arañitas siguen por ahí correteando esperándome. Son reales, no están en mi mente, de verdad.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Zoo: El cap per avall

Comentarios