El telele.

No, no fue suficiente que el jueves a última hora un cliente me sacara de los nervios logrando que no durmiera una mierda y me levantara el viernes hecha una mierda.
Y tampoco, fue suficiente que el viernes pillara el coche después de dos años sin conducir, logrando que fuera incapaz de caminar de lo que me temblaban las piernas después de la experiencia.
Y todavía menos, fue suficiente sufrir el sábado una migraña de las potentes, que necesité horas y fuerza de voluntad para eliminar y poder trabajar más o menos decente...

Para que el domingo, gracias a la existencia de un mostrador y de un bote gigande chupachups evitara mi desplome total, después de un bajón magistral de tensión. Acojoné a la cliente que estaba en la tienda, acojoné a mis compis y dudé bien poco en largarme a casa (ni con fiebre, ni con la muela martilleando cedí). Después de 24h en la cama, mi cabeza sigue dando vueltas y sigo estando pocha, pero claro, temo salir a la calle para ir al médico porque el telele vendrá en el momento más inoportunio.

Así que, tiro a la cama otra vez. Sigh.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Yngwie Malmsteen; Crash and Burn.