En el bus.
No hay nada mejor que estar en un bus que te ponen la calefacción en los pies, hace que tengas calor y tengas ganas de ponerte ropa más fresca, y como tienes en la mochila esa fantabulosa camiseta de tirantes fresquita y agradable, dudas bien poco en hacer el cambiazo. No se te ve absolutamente nada, en un zas pasas de una a otra sin mostrar torzos de carne "impuros". Pero claro, hay que dormir, y con los pantalones que llevas se te ve el tanga entero, no era suficiente con el calor... recuerdas esas bragas tan cómodas que tienes en la mochila, chaqueta en las piernas y empieza el proceso de cambiazo, al poco tiempo, sin mostrar nada ya estás mucho mejor. No suficiente con eso, te viene un sofocón por parte de los pies y las piernas, así que con algo de temor por un posible olor a queso, dejas tus pies al aire. Estás fresquita, por fin te puedes dormir cuando el simpático del autobusero activa el aire acondicionado y te da en la puta cara. Chaqueta abrigando la parte de arrib