Hace casi tres meses, nació en casa el primer mini-xon de la familia, lo acogí con ganas y cariño, pero con la certeza que al ser machito no me lo podía quedar. Hoy, lo he entregado a sus nuevos dueños, un chico muy majo y su novia, que tuvo xins durante 4 años. Le han comprado de todo, juguetes, una buena jaula, buena comida y le tienen como un rey. Él, el pobre, está ahora en una esquina llorando echando de menos a su mami. Los primeros días serán duros, y a mí me duele en el alma haberlos separado, pero así tenía que ser. Sólo espero que se anime pronto y demuestre a sus nuevos papis, el xinxon so cabrón que puede llegar a ser, que les muestre su parte más puñetera y que sea lo más feliz posible. Hasta siempre enano, te echaré mucho de menos, siempre serás el primero y siempre recordaré los mordiscos sangrientos que me hiciste. Eres una mo...