La familia telefónica.
Desde que empezó el verano, mi madre se fue a Burgos a cuidar de mi abuela (como ya está jubilada, le toca pringar), y mi hermano se fue a los Pirineos. Como resultado, ahora somos una familia telefónica. Que pasa algo: ring ring, que deja de pasar: ring ring, que hay una sorpresa: ring ring, que los echas de menos: ring ring. Nos hemos vuelto una familia enganchada al teléfono, a veces viene mi madre, a veces el que viene mi hermano pero no es lo mismo, la verdad. Echas de menos las broncas diarias, echas de menos sus manías, sus defectos, sus comidas... y por otro lado te sientes más libre a hacer lo que te salga de las narices, porque en cierta manera mi padre y yo somos "almas libres" que si nos apatece algo lo hacemos y sino no. Sea como sea, eso de estar enganchada al teléfono no mola y ya le solté un día a mi madre que tendía que romperme la columna vertebral para que viniera a limpiarme el culo. Y la cosa es e...