Entradas

Señoras que...

Estoy de vacaciones y espero que sea el último mes que pago dos mensualidades de gimnasio (una cerca del trabajo y otra al lado de casa). Para evitar que los días de descanso no sean una excusa, estoy aprovechando que aún sigo apuntada al gimnasio cerca de casa para seguir con la rutina de tortura diaria. Éste, forma parte del patronato de la ciudad y a la hora que estoy yendo, está regentado por personas mayores. Hoy, me he cruzado con un par de señoras. A causa de que el agua caliente no iba muy bien (demasiado fuerte), se ha entablado una conversación bastante interesante que ha derivado a la anécdota que la nieta de 10 años de una de ellas. A la pobre niña, la confundieron con un chico y como consecuencia la echaron del vestuario por llevar el pelo corto, no llevar vestido y no tener pendientes puestos. La señora decía que esperaba que esa fase se le pasara, no vaya a ser que... Y de golpe la otra señora empieza a hablar sin el menor tapujo, pero sin pronunciar las palabras mágic

No todo es perder el tiempo

Si un tío te da la brasa durante una hora sobre sus problemas personales cuando tienes los patines en línea puestos: practicas el equilibrio y refuerzas la musculatura que rodea los tobillos. Si juegas a videojuegos, póntelos en un idioma que no sea el tuyo y así mejoras el nivel. Si lees libros, aprendes gramática y mejoras tu vocabulario. Sin olvidar conocer nuevos mundos y el desarrollo del a imaginación. Si escribes un blog, ordenas tus ideas y puedes descargar a tu manera las frustraciones. Si escuchas música, eliminas el ruido ambiental que te hace sentir incómodo. Y un largo etc... El señor del post anterior, se ha quedado a cuadros con el hecho que le buscara el lado práctico a todo, pero sino... mal vamos. No podemos estar siempre agobiándonos de lo que hacemos es una pérdida de tiempo, es mucho mejor ver lo que te está aprotando. Recordad : Morded o Seréis Mordidos     # Escuchando...   BAND-MAID; REAL EXISTENCE

Cuando menos te lo esperas

Desde hace un tiempo estoy intentado recuperar ciertos hábitos antiguos que echo de menos, uno de ellos es volver a patinar. Durante el último mes, he ido comprando los elementos necesarios para retomar esa afición que tanto me gustaba de enana y que por muchos motivos acabé abandonando. Cerca de donde vivo, hay una zona asfaltada que podríamos decir que está abandonada y cortada al tráfico, de un proyecto bastante reciente que no llegó a buen término. La verdad es que no es muy grande, pero es lo suficiente para ir practicando e ir cogiendo confianza poco a poco. La parte buena de esta zona, es que hay asfalto, acera (es decir baldosas que hacen vibrar los patines) y no es plana: me obliga a patinar cuesta arriba, a aprender a frenar cuesta abajo (en desniveles bastante suaves) y a mejorar mi equilibrio. Hoy, en uno de mis intentos fallidos de frenar cuesta abajo, me ha venido un tío que decía "saber patinar" (hace varios siglos), a decirme qué estoy haciendo mal. La co

Much@ hambre

Sé que es una tontería, pero tenía que escribirlo. Hoy en el trabajo mi ex-júnior ha hecho un comentario de "tengo mucho hambre". Parece algo normal, pero a mí me ha sonado tan rato que no he podido evitar hacer el comentario, porque para mí lo normal es "mucha hambre". Ahí ha derivado a un pequeño debate gracias al cual me he dado cuenta que lo correcto es "mucho hambre" y llevo casi 12 horas dándole vueltas al tema porque no entiendo por que ese mucho para mí es mucha cuando resulta que realmente es mucho. La respuesta tenía que venirme mientras doblaba la ropa: me suena bien en femenino, porque en catalán es "molta gana", hambre en catalán es femenino "la gana". Ains. Así de simple, mientras que mi ex-junior viene de las castillas. Curioso. Acctualización: La explicación: https://www.rae.es/consultas/el-agua-esta-agua-mucha-agua Recordad : Morded o Seréis Mordidos     # Escuchando...   Yuki Kajiura;At Nightfall

Las cajas automáticas

Una de las muchas ventajas y desventajas de trabajar delante de un centro comercial y por extensión delante de un supermercado, es la posibilidad de salir corriendo a comprar cualquier capricho que se tercie en ese momento. Como quieres ir rápido, una de las opciones que son más atractivas son usar los cajeros automáticos para agilizar la gestión y volver a la oficina. El problema, viene que esos cajeros cada vez van más lentos, las últimas actualizaciones en lugar de mejorar, han ido empeorando el problema. Estas máquinas son muy sencillas, pasas el código de barras y lo dejas en una plataforma donde valida la coherencia con el peso del producto. Una vez has dejado todos los productos, le das a finalizar y te salen los métodos de pago. Todo va muy fluido, hasta el momento que le das a pagar, donde la máquina tarda un rato en procesar el pago y en generar el ticket. En este punto, si no esperas a que se procese el pago y sacas los productos antes de tiempo, la máquina entra en un buc

El chico de la fila

En una de esas escapadas que la ansiedad me obliga a hacer tanto para cambiar el ambiente por un rato de la oficina por el bullicio del centro, como por intentar conseguir algo que intente suavizar esa angustia que se me sube hasta el inicio de la garganta, he acabado comprando un par chuminaduras para tranquilizarme. Una vez en la mano, he ido tranquilamente a hacer cola en los cajeros y me he fijado que delante mío tenía un muchacho que tenía la perfecta combinación de futuro impresentable, tanto en actitud como en presencia. Estaba yo a lo mío, cuando veo que personajillo se me gira y me dirige la palabra, he tenido que enfocar todos mis sentidos porque no acababa de entender qué pasaba. A dos metros de la cola, había un stand con chicles y el chaval me estaba pidiendo permiso para ir a por chicles y no perder la posición de la cola. La verdad, esa sí no me la esperaba, ese chico con una pinta de soy el tío más chulo del planeta, me estaba pidiendo permiso para ir a dar dos pasos

Desmotívate por tu bien

Ayer estuve hablando con una ex-compañera sobre la problemática que tenemos en el trabajo: aprender a trabajar con auténticos incompetentes, que encima son nuestros superiores y/o clientes, y para más guasa, cobran bastante más. Ambas somos personas que nos preocupa que el trabajo salga bien, salga rápido y salga limpio, pero cuando las personas con las quien trabajas no saben ni lo que quieren, ni se molestan en aprender, te encuentras en un bucle de desasosiego y absoluta desesperación. Estuvimos hablando de esa situación y que tienes que aprender a pasar de ello, es decir preocuparte menos de la calidad de tu trabajo, en favor tu salud. La opción es empezar a dejar de lado la sobre esfuerzo dedicado a tus proyectos y dejar de agobiarte porque al resto tampoco le importará. Bueno, tampoco es cierto, les da igual mientras no viene otra persona de más arriba y no les llama la atención, porque cuando eso sucede... ¡Ay madre! Se les acaba el mundo (haberte esforzado antes). Es triste