Escúchame bien...
Escúchame bien peazo GILIPOLLAS. No importa que seas blanco o negro, alto o bajo, moro, cristiano o suputamadre, no importa si eres guapo o feo, delgado o gordo, si estás bueno o no, porque la reacción iba a ser la misma. Vamos a ver, te acercas pasadas las 12 de la noche en una calle totalmente solitaria a una chica con cara de mala hostia, que se la ve cansada y que encima cojea. No sólo con eso, encima no tiene ganas de hablar contigo y te lo deja bien claro desde un principio, rechaza tus invitaciones a tomar algo ahora u otro día, se niega a coger tu número de teléfono y para el colmo, le exiges que te mire a la cara cuando en realidad sólo piensa en llegar a casa. Pero no basta con eso, NO, la cosa es más bestia aún, por mucho qeu te rechace, sigues yendo a su lado metros y más metros, aunque te ignore te mantienes a su lado y encima admites que llevabas antes un buen rato siguiéndola, y no paras de molestar e intentar entablar una conversación que se acabó antes de empezarla. ER