El gato, la tortuga y el perro.

Aunque esto parezca una fábula, no lo es, es la realidad. Cuando llegaba a casa, contenta de haber acabado mi jornada practicaril (¿laboral en prácticas? bah, da igual), me encontré a Zenón echándose una siesta bajo las tomateras de nuestros vecinos de abajo. Le llamo y el tío viene a mis brazos, así que feliz y contenta, le cojo, le achucho y como si de un peluche se tratara, me lo llevo a casa abrazaico, y haciéndole pedorretas.

Cuando estoy a punto de llegar, me viene una vecina proanimalista, con una tortuga acuática en la mano preguntandome por ella, acompañada de otro vecino/amigo con un perraco de esos "asesinos". Bien, mientras yo le digo a la mujer que pregunte al vecino friki de las trotugas, el perro empieza a olisquear a mi Zenito y el gato, espantado y horripilado, se ha bufado y me ha dejado los brazos hechos un cristo antes de salir disparado huyendo del dichoso perro.

Bien, la vecina diciendo pobre gatito, el tío y el perro, sonriéndose de la situación, los tres intentando endosarme una tortuga que no tengo ningún sitio donde colocar y yo cagándome en sus muertos por los arañazos y los chorretones de sangre que tengo en mis brazos. T_T

PD. Zenón vino al rato y me dio mimitos pidiéndome discuplas, la gilipollas de la tortuga y el subnormal del perro (las personas no los animales) no dieron más señales de vida. Y menos mal.

Moraleja: Si ves a alguien con un gato en brazos, no le lleves al perro para que el gato le destroce los brazos, que podría haber sido la cara, los ojos o a saber tú que, si no supiera evitar sus zarpazos.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  The Damned; Noise Noise Noise.