Las tres decisiones infantiles.

Cuando era peque, menos de 12 años, tomé tres decisiones que han marcado mi vida, es posible que tomara otras y que no las cumpliera pero estas tres sí que las he cumplido y son causantes que sea como soy.

- El señor de los Anillos: me obsesioné cosa mala con este libro, una vez lo conseguí se me abrió un mundo fantasís al que me enganché y ya no salí de él.

- El alcohol: mi madre un día muy cabreada me dijo que iba a ser alcohólica de mayor con la obsesión que tenía con las tabletas de chocolate, me juré que nunca lo sería y actualmente no pruebo ni gota de nada que tenga la mierda esa.

- Las xinxis: cuando entré un día en la tienda de chuches del pueblo y una de las dueñas estaba enseñándole a la otra la chinchilla que se acababa de comprar. Me enamoré de esos animalicos y decidía que de mayor iba a tener.

Parece una tontería, pero ayer, antes de la cena de nochebuena, me di cuenta de cuánto han marcado en mi absurda personalidad estas tres cosas, decisiones tomadas siendo niña, sin saber nada de la vida (no es que ahora sepa mucho más), pero que se han mantenido firmes ahí dentro y que da la impresión de que nunca se largarán.

Creo que si esa niña que fui entonces, me viera ahora, estaría contenta de cómo me han ido las cosas. No lo creo, lo sé. :)

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Within Temptation; Frozen.