Mente retorcida.

Lo malo de quedarse hablando conmigo hasta altas horas de la madrugada que es que corres riesgo a que te suelte una parrafarrada imposible sobre lo-que-sea de ralladas mentales y paranoias varias que tengo en la mente. Lo malo de cuando hago eso, es que dejo de pensar, o al menos tal y como lo pienso lo suelto y vuelco toda la mierda hacia una misma persona, generalmente tío, que de golpe se ha de chupar toda esa mierda que seguramente no es ni culpa suya...

Al rato, me doy cuenta que he quedado vacía, que he atormentado la mente de un pobre desgraciado y que no he sabido poner freno, es como si abriera los ojos y me diera cuenta de lo que hecho. Las ralladas tienden a ser impresionantes, algo que no te lo llegas ni a creer, una barbaridad y de golpe hay silencio, un silenco atroz y un dolor de cabeza.

Estás atontada, estás agotada y estás vacía pero en lugar de aprovechar ese momento para relajarte, lo único que te preguntas es que si ese pobre desgraciado saldrá huyendo despavorío por todo lo que has dicho, que encima a duras penas recuerdas. Es como si volviera la luz después de estar a oscuras.

Qué crueles son los sentimientos y aún más ser una soñadora empedernida, jamás tendrás lo que deseas y lo peor es que aún menos abandonarás la espranza de ello.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Opeth; Deliverance.