Zuvi-relatos: la dama cobriza.

Al mirar en la habitación, notó en seguida que algo iba mal, la dama cobriza había desaparecido. Parecía que alguien se la había llevado a la fuerza pues aquello era un auténtico caos de colores, la ropa, estaba toda esparcida por el suelo, la cama deshecha y el armario roto en pedazos, éste era el causante de semejante caos, como si alguien por alguna rabia incontrolable lo hubiera atacado con una especie de tornado dispuesto a lanzar por los aires todas las prendas guardadas en él.

Entró con desconfianza, quería darse prisa pues temía lo peor pero su ya veterana experiencia le recomendaba precaución. Revisó la ropa, los enseres, la cama y no descubrió mucho más de lo que vio al inicio: una especia de tornado había asolado la habitación y la ocupante de ella había desaparecido. Salió, suspiró y miró hacia el pasillo preguntándose qué hacer, era su guardián y notaba que últimamente ella estaba un tanto ausente. Problemas familiares, de amigos o tal vez el anhelo de algún sueño sin cumplir habían provocado que su protegida sonriera menos de lo que en ella era habitual.

Dio la voz de alarma, avisó de que la dama había desaparecido y localizó a las sirvientas para preguntar si sabían algo. Las muchachas, con mirada soñolienta intentaban entender qué les estaba diciendo aquél hombre, que la dama había desaparecido, que si ellas sabían algo, ¿cómo iban a saberlo si ni siquiera sabían que había desaparecido?. Sí, mi señor, la dama últimamente estaba muy apática. ¿Ruidos de noche? No mi señor, estábamos durmiendo. ¿Tornado en la habitación? Se miraron entre ellas con cara de susto mientras aquél hombre salía disparado, era evidente que aquellas muchachas no sabían absolutamente nada.

Corrió hacia los establos tan rápido como pudo, los mozos que se encargaban de los animales ya le habían ensillado su corcel favorito, pues habían oído la voz de alarma y sabían que tarde o temprano pasaría por ahí. Más les valía tener el animal listo y así lo encontró, salto, le espoleó y salieron lanzados hacia las puertas hacia el exterior. Ya empezaba a amanecer, se dio cuenta que no había dormido casi, que había tenido una corazonada y había ido a mirar la habitación de su protegida. Miró al horizonte y no vio nada que le pudiera sugerir qué dirección habían tomado, no había huellas, no había rastros, no había nada... Dejó que el animal eligiera la dirección hacia donde empezar a buscar. No sabía por qué, pero confiaba en el instinto del animal para elegir el camino, y solía acertar.

Y en pleno galope, mientras buscaba preocupado, el caballero vio algo de lejos que no le hizo mucha gracia: era cerca de la cascada. Detuvo al animal, observó y sospechó lo peor. Se acercaron y cada vez el sonido del agua era más fuerte, allí estaba ella, mirando. El caballero se acercó preocupado y le perguntó que qué estaba haciendo, ella se giró y le sonrió. Estaba mirando el arco-iris.

El caballero la miró a los ojos, soltó un bufido y se volvió a descansar, un día de estos esta muchacha le mataría de un susto de verdad.

(PD: Comentarios bloqueados, son mis deberes, no quiero opiniones :P)

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

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