Y vuelta a la realidad.

En poco más de 24h volveré a estar a pie de cañón en la tienda y no me gusta. No me apetece, no quiero ir, no quiero trabajar y no porque tenga pereza o porque me canse, sino porque ya le tengo hasta asco. Y ese horroroso color amarillento que te da dolor de cabeza tan sólo entrar, esas cuatro paredes silenciosas y aburridas que no te permiten hacer nada en ellas excepto aburrirte y quitar el polvo...

No me extraña que la gente dure tan poco ahí, no te miman, ni te cuidan, podrías pillar la pasta de la caja y largarte, sin decir adiós. Es que a veces me digo que soy idiota, bueno, tal vez no tanto, ya ando buscando algo nuevo, pero va a costar entontrar lo que yo quiero.. No sé, no quiero ir, no tengo ganas de oir los chistes sexuales de mi jefa, no sonreir a clientes bordes. No tengo ganas de mirar con envidia las chuches y decir que no puedo, ni tengo ganas de estar horas y horas de pie para un mierda sueldo que no me aporta nada. Y por muy poco que gaste, es difícil que la cuenta vaya subiendo, aún así estoy matando de envidia a mis compañeras. Y yo me pregunto, ¿es que son idiotas? No, simplemente demasiado consumistas.

Lo sé, no debo autocompadecerme, pero no tengo ganas de decir: "todo va bien".

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Oomph!; Du spielst Gott.