Maquillaje.

El otro día demasiado tarde para poderlo remediar, descubrí que mi lápiz de ojos estaba roto, sin punta y demasiado pequeño para ser usado, así que decidí que debía comprar uno con urgencia (pero baratuco, que al final siempre se me caducan por no usarlos casi nunca), y bueno, me fui a la tienda esa pijorra con sopotocientos-mil productos de belleza a echar un ojo a los lápices. Mucha variedad, mucha tontería y no había ni un sólo precio y la dependienta ya me miraba como posible víctima. Huí. Me fui al supermercado más cercano y pillé de su marca blanca (la cual que gusta mucho en diferentes productos) un eyeliner y su correspondiente máscara de pestañas, una vez me rendí porque ahí los lápices de ojos negros brillan por su ausencia (para qué hostias quiero yo uno plateado, sigh).

Pues nada, llego a casa y empiezo a trastear con el eyeliner (que hace cerca de 8 años que no toco uno de esos) a ver qué tal. La linea, serpenteante, gruesa, fina e intermitente. Me río. Segundo intento (otro día) a rallitas verticales. Me descojono. Tercer intento (claro está que otro día) me pinto el ojo por dentro. Me quedo ciega, tropiezo, caigo escaleras abajo y me muero... Así que como estoy muerta, pues no me puedo maquillar. :P

¿Alquien quiere el puto eyeliner? Por dios, que traigan lápices negros, que eso sí lo sé usar.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Siniestro Total; La rabia de vivir.