El verano y las ampollas...

Por desgracia, el calor llega otra vez, con él llega la hora de cambiar de calzado, del cerrado al abierto, del cómodo a las sandalias imposibles que siempre te dejan destrozados los pies, al menos así es en mi caso, sandalia que me pongo, ampolla nueva que aparece. No falla.

Por suerte, este año trabajo, es decir que he de ir con zapato cerrado y no puedo evitar sonreír y ser feliz por mis pies, que aunque pasen calor, sufrirán menos heridas que otros veranos...

Ah, de paso decir que no hay nada más cómodo que un uniforme para no tener que pensar qué te vas a poner, es la gloria, tú. ¿Alguien más se apunta al club de las Mayas? Pues ya sabes, camiseta amarilla y pantalón negro (y unos buenos tamicus para patear).

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  La puta alarma del vecino que le salta con nada, sigh.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Un truco con las ampollas es pasarles un hilo (con aguja, como si cosieras). Al día siguiente, está el tema prácticamente arreglado.
Lo del uniforme es cierto que es cómodo (lo conozco por mis tiempos de colegio).
Deyector ha dicho que…
Nunca, nunca, nunca me verá nadie con sandalias por ahí (ni chanclas ni nada por el estilo). Siempe zapato cerrado, preferiblemente con calcetines...
Pluma Roja ha dicho que…
ay, yo no entiendo nada.
Si te duelen, ¿por qué te las pones?