Fin del puente.

Cuando he vuelto de acompañarle a la estación de autobuses y he entrado, me he encontrado que la casa estaba más vacía y aunque estaban mis padres pululando, me sentía muy sola. Ya no había un Apestoso que se asomara cada vez que hacía un miiiiiii (porque lloraba desconsoladamente), que me abrazara cada vez que hacía briiiiiii (porque tengo mutio mutio frío y él es una estufa peluda) o venía corriendo cuando oía golpes que daba con su cartera y le hacía creer que era uno de sus amados libros de ci-fi. Me han entrado muchas muchas ganas de empezar otra vez las clases, que me den caña, que den mucha caña a mi mente.

Hay que ser masoca, ay señor.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Asfalto; Halley.

Comentarios

Lauri ha dicho que…
Sigo sin entender quién es el Apestoso...
Anónimo ha dicho que…
Supongo que estas cosas raras hay que aprovecharlas (lo de las ganas de clases)