Aire acondicionado.

La maravillosa suerte de tener aire acondicionado en el trabajo, que esté bien fuerte para no pasar calor y que tenga encima mío la salida, ha provocado que haya disfrutado del bochorno del mediodía y un fuerte dolor de cabeza. El dolor no se ha ido en toda la tarde y he acabado vomitando la pastilla que me he visto obligada a tomar (junto algo sólido para no tener el estómago vacío) con lágrimas en los ojos, como cada vez que me pasa.

Me encanta trabajar en la oficina.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Enya; Now We Are Free.

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