El router malvado.

Érase que se era, un router capullo que le gustaba mucho parpadear. El router, era feliz tocando las narices a los que dependían de el para comunicarse con el resto del mundo, pero no sabía que la paciencia se les estaba acabando y que iban a pararle los pies.

La pequeña de la casa, se le ocurrió una idea algo absurda, pero que pasó de idea a teoría, y de teoría a realidad. Compró un teléfono mordedor, con el que contraatacó a las capulleces del router malvado. Lo abría y el router dejaba de parpadear, una estocada casi mortal que era difícil de asimilar.

El router intentaba hacer la vida imposible, pero con el teléfono mordedor, la familia fue disminuyendo la cabronería del router, hasta que éste decidió portarse bien.

Pero hay que desconfiar, el router malvado puede volver a fastidiar, como ayer y como hoy.

Saludos.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Los Suaves; La Niña de azul.

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