El juguete.

Cuando la apatía y la depresión atacan a mi mente porque ha pasado lo que no debía pasar, tengo la opción de dejar que me destrocen o la irme por la tangente dándoles esquinazo. Otra vez se han perdido en el laberinto de mi mente mientras yo ideaba algo para alegrarme el día.

Y mientras ideaba, recordé cierta cosa que realicé hará cosa de un año, harta ya de una chinchilla capulla mordedora de barrotes y convencida de su existencia porque lo había visto en varias imágenes: una rueda de hámster tamaño chinchilla (para que nos entendamos). Y paseando por todas las tiendas de animales del pueblo, sólo una me lo confirmó pero que en ese momento no la tenían, así pues, la encargué. Volví a ir a los quince días y aún no había llegado, me olvidé.

Hoy he ido. La tenían y el precio era aceptable. La he comprado, se la he colocado y no veas cómo he disfrutado viendo cómo la chinchilla jugaba (porque eso es lo que hacía) con una rueda de hierro ultra-grande que no sabe que es para que deje de atacar los barrotes. Ya aprenderá, ya, por el momento ya soy feliz viéndola darse de hostias cuando intenta subirse a ella para morderla.

Saludos.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...   The Darkness; Bareback.

Comentarios

Okok ha dicho que…
MUCHO ROEDOR TIENES POR AHÍ...
Anónimo ha dicho que…
Ostras tiene que ser la caña ver a la chinchilla ahí dando vueltas XD