Pocas ganas de estudiar

Te levantas, hace frío, sólo piensas en volverte a acostar, pero no debes. Desayunas y te vas a la habitación a estudiar (con el resfriado que llevas arrastrando desde hará más de una semana, más vale que dejes de ir a la biblioteca y te quedes en casa, que lo tienes controlado pero se te puede ir de las manos). Te sientas, coges los apuntes. Y allí en la habitación, no hay ganas de estudiar, no puedes concentrarte y estás a punto de largarte de la habitación cuando...

Aparece el Sr. Maníaco, con los brazos cruzados, y te señala la mesa '¡A estudiar!'. Agachas la cabeza, resoplas con resignación y te vuelves a sentar. Miras de reojo, ves que ya no está: 'Joder, qué pesado, ni en mi mente me deja tranquila, ¡me obliga a estudiar!'.

Saludos.

Recordad: Morded o Seréis Mordidos

    # Escuchando...  Platero y tu & Extremoduro; Y yo que sé

Comentarios