La no-crónica de un no-concierto

Todo empezó hará dos meses, cuando me enteré que el 5 de noviembre había un concierto de Nightwish en la sala Razzmataz, mi alegría no podía ser mayor uno de los dos grupos que más adoro, que más aprecio iba a tocar y yo iba a ir por cojones, cayera quién cayera, yo iba.

El principal problema era: el dinero, no lo tenía y por lo tanto dejé retrasar la compra, por pitos y por flautas, nunca la llegué a comprar, siempre había algo que me lo impedía, algo que no evitaba que fuese corriendo al Fnac a conseguirla. A finales de octubre, recibí una odiosa noticia: tenía un curro y los viernes noche, tendría que trabajar, en otras palabras a la mierda el concierto.

Sí, el concierto era hoy, y mientras intentaba cantar para mí las canciones, estaba obligada a trabajar con un maldito criajo de mierda de 17 años obsesionado con el cardo de su novia de 3 días, que por casualidades de la vida es la chavala que echaron y en consecuencia entré yo. Bien, ya estaba yo de mal humor, quería ir pero no podía, el 'deber' me llamaba...

A la hora del cierre, ha sido lo mejor, el maldito desgraciado de mierda dando por saco en que me diera prisa en limpiar, mientras él hablaba con un 'colega' para que lo vinieran a buscar. El odio y el malhumor han fundido mi mente, él ha dejado de quejarse y protestar, pero aún así yo me he quedado sin concierto.

En pocas palabras, mi concierto de Nightwish ha sido una puta mierda.

Saludos.

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